« En primer lugar existió el caos. Después Gea (Gaia) de amplio pecho, sede siempre segura de todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. (En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.) Por último, Eros el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad de sus pechos.
Del Caos surgieron Erebo y la negra Noche (Nix) . De la Noche a su vez nacieron Éter (Aether) y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo.
Gea alumbró primero al estrellado Urano (Caelum) con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas (Monts) , deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto , sin mediar el grato comercio ». HESIODO: Teogonía .
Este es el marco incomparable donde se van a poner en juego todas las fuerzas vivas de la naturaleza y la divinidad. En la parte superior, bajo el arco de medio punto, el fundamento, el origen de todo, lo esencial, lo primigenio. Todos los elementos fundamentales con sus esencias aéreas. Pero, mi querido amigo Filón, los aristócratas provincianos son muy exigentes y raros. Éste en concreto ya me ha rechazado dos bocetos y no me queda otro remedio que seguir intentado su aprobación. Quería decoración vegetal con hojas de acanto y ya las tiene, ahora toca personajes y lo único que consigo cada vez que le presento un proyecto es que me espete que lea a Hesiodo y eso hago.
Mi formación es griega, respiro griego y exhalo griego por todas mis aberturas, tanto, que el latín queda eclipsado dentro de mí, tanto, que soy muy capaz de errar cuando me expreso en el idioma imperial. Pero él quería un artista griego con inventiva griega. Ese soy yo y no voy a defraudarlo. De momento este verde que pongo de base servirá como sustento de esos ínclitos personajes divinos que Hesiodo despacha tan alegremente en su crónica en la parte más elevada del cosmos y de la historia. Este es el verde aéreo que verás si visitas los mosaicos de las ricas mansiones de Anatolia o Alejandría. En el acabado final se requerirá un gran esfuerzo para matizarlo convenientemente con teselas tan diminutas como el caprichoso patricio exige. ¡Por todos los dioses!, se ha empeñado en que ninguna pieza sobrepase medio digitus . Pero él paga y se lo cobraremos todo, te lo prometo.
Solo quiere pequeños detallitos en los personajes y nada de dioses mayores. Pues será complacido. Ah, sí, los vientos, que no me olvidara de los vientos, y es que este hombre (ya sabes el amor que tiene a todo lo griego) suele visitar con frecuencia Atenas y tiene muy presente la nueva Torre de los Vientos del ágora romana. En fin no me he atrevido a explicarle que esa torre tiene mucho más de romana que de oriental, ¿para qué quitarle la ilusión? Así que nada, los cuatro vientos fundamentales que no falten así como los dioses primigenios. Es verdad que no ha protestado por mi elección de los dioses sino más bien por la composición que realicé con ellos, así que vamos a probar con esta. Si te fijas no me queda más remedio que amontonarlos en la parte superior para dejar sitio al protagonista que va a ocupar el centro de la composición, que eso me lo ha repetido por activa y pasiva latina. Su fijación con el personaje de Éter es absoluta y le vamos a dar lo que quiere, aunque con cierto pesar por mi parte. Si tengo tiempo te explicaré algunos aspectos muy curiosos respecto al personajes de Éter.
Filón, pásame la brocha dura, por favor. A nuestro señor y protector no le basta con que le presente un dibujo detallado de del futuro mosaico sino que, además, quiere que le de un aspecto de eso, de mosaico, y es difícil, la verdad. Si esto fuera un fresco o una pintura a la encáustica ya sabes que no podría darle ningún efecto posterior. Pero ya tengo ganas de dejar la tabla de bocetos y encararme con la obra definitiva. Sí, ya lo sé, a ti te ocurre lo mismo.
Se lo dejo así. Suficiente para que se haga una idea más o menos exacta del resultado. Lo próximo que verá será la obra definitiva, la opus tardus .