Quizá más de una idea, quizá muchas, demasiadas. En cuanto al hormigueo, cada vez menos, pero todavía me obliga a rascarme para aliviar el prurito, y en eso estoy.
Photoshop, Inkscape, Rhinoceros, Zbrush… son mis herramientas principales, pero mi hijo más querido sigue siendo el teclado, con él sigo soñando a través de las yemas de los dedos hasta que, en ocasiones, se me borran las huellas y con ellas el pasado y el futuro. Solo el presente cobra relevancia y me conecta de manera digital y binaria con la historia, con el universo y, con suerte, contigo.
Si buscas grandes proyectos, faraónicas obras, famosos personajes de la cultura de moda, este no es tu sitio. Aquí solo se recogen sobras culturales y, a ser posible, próximas, como si de una especie de compostaje casero se tratara. Quién sabe qué cerebros nutrirá este humus y qué flores nacerán de ellos.